“Se entiende por Kombucha a la bebida fermentada analcohólica y gasificada, obtenida a través de la respiración aeróbica y fermentación anaeróbica de un mosto compuesto de infusión de Camellia sinensis L. y azúcares”. Hace unas semanas, el artículo 1084 bis del Código Alimentario Argentino (CAA), aceptaba a la kombucha como un alimento más luego de muchos años de espera y trabajo. De acuerdo al CAA, un alimento es toda aquella substancia o mezcla de substancias naturales o elaboradas que ingeridas por el hombre aporten a su organismo los materiales y la energía necesarios para el desarrollo de sus procesos biológicos. La designación “alimento” incluye además a substancias o mezclas de substancias que se ingieren por hábito, costumbres, o como coadyuvantes, tengan o no valor nutritivo.
¿Qué es la kombucha?
La kombucha es una variedad de té negro y verde fermentado, ligeramente efervescente y endulzado. También conocido como hongos del té, esta bebida se remonta a 2000 años atrás y comenzó a consumirse en China.
Para realizarla es necesario fermentar el té con bacterias o levaduras que pueden ir variando. En la antigüedad, esta bebida era utilizada para combatir enfermedades inflamatorias como la artritis.
El sabor final de la kombucha varía significativamente de acuerdo al tiempo que fermente, período que puede ir desde 7 a 30 días consiguiendo un sabor más suave cuanto menos se lo deje. Si lo que se busca es un sabor intenso y avinagrado, menos dulce, el tiempo aumentará y la temperatura también jugará un rol importante en el producto final.
Beneficios nutricionales
Los beneficios nutricionales de la kombucha siempre están en discusión debido a que no hay gran evidencia científica que respalde las afirmaciones que la preceden. De más está decir, que por su alto nivel de bacterias esta bebida resulta beneficiosa al organismo. Al contener fitoquímicos o fitonutrientes se obtienen propiedades antimicrobianas y antioxidantes. Además, es rico en vitaminas B y ácido fólico, que es clave para que el cuerpo produzca y mantenga nuevas células.
Kombucha en casa
Aunque es muy sencilla de elaborar, utilizar un frasco de vidrio es la mejor opción. Para realizarla hay que tener hojas de té (preferentemente negro o verde), azúcar y un cultivo activo de levadura y bacterias.
Durante los primeros diez días se forma una colonia de bacterias en la parte superior del cultivo dejando un líquido picante que es la kombucha. La formación de una capa blanca nublada es una buena señal de que la fermentación se está dando de manera adecuada. Las partículas amarronadas que puedan llegar a surgir forman parte de las levaduras y resultan inofensivas para el organismo.