Miscelánea

Confitería del Molino: la reapertura de un clásico porteño

Hace unos días, la comisión responsable de la renovación del mítico espacio ofreció a todo aquel que quisiera ver cómo venían los avances del proyecto la posibilidad de traspasar sus puertas. El éxito fue arrollador y rápidamente se agotaron los 8000 cupos dispuestos para el viernes 8 de julio. Teniendo en cuenta este suceso, los organizadores decidieron abrir una nueva fecha para realizar una nueva visita. La cita será el día 21 de julio y para anotarse se podrá entrar a la página oficial Del Molino a partir del día 18 de julio a las 12 hs.  

A pocos metros del Congreso de la Nación, más precisamente en las avenidas Rivadavia y Callao, El Molino comenzaba su historia porteña a fines del 1800 cuando los pasteleros Constantino Rossi y Cayetano Brenna abrieron en Rodríguez Peña y Rivadavia la “Confitería del Centro”. Posteriormente, en 1866, le cambiaron el nombre por “Antigua Confitería del Molino” a modo de homenaje al Lorea, el primer molino harinero a vapor en la ciudad.

Esta dupla de inmigrantes italianos finalmente compró en 1904 el edificio actual que ocupa el espacio. El proyecto incluyó también la compra de muebles traídos especialmente de su madre patria con la mejor cristalería, mármoles, vitrales y terminaciones en bronce.

Fue en 1916 y con ocasión del Centenario de la Independencia, que se reinauguró como “Confitería del Molino”. Sin embargo, en 1930 el edificio sufrió un incendio y debió cerrar sus puertas como consecuencia del golpe de Estado que derrocó a Hipólito de Yrigoyen. La reconstrucción del local demandó casi un año de trabajo.

En el año 2014, se transfirió el tradicional edificio al Congreso de la Nación. La Comisión Administradora del Edificio del Molino, creada por ley, comenzó una serie de tareas de recuperación de este ícono porteño que fue declarado Monumento Histórico Nacional en 1997.

Si bien, en la actualidad, la Confitería del Molino todavía no está licitada se espera que finalmente reabra sus puertas el año que viene. La restauración incluyó la confitería pero también el primer piso, la terraza, la cúpula y los subsuelos.

Quienes realicen la visita podrán recorrer no solo los salones y la confitería sino que también conocerán el subsuelo, la cúpula mientras que se disfruta de música en vivo y de la exposición de objetos históricos.

El objetivo es periódicamente abrir las puertas del espacio para que todos los vecinos puedan ver los avances de las obras que los trabajadores del Congreso Nacional están llevando a cabo. Es más, la Comisión invita a todo aquel que así lo desee a acercar fotos u objetos que consideren que puedan formar parte del museo y colocarse allí.