Lincoln es considerada como una de las rutas del queso en nuestro país. Ubicada en el noroeste de la provincia de Buenos Aires, a menos de 300 kilómetros de distancia, esta cuenca lechera se caracteriza por la excelencia de sus establecimientos y fábricas, los cuales son reconocidos por la elaboración de productos de gran calidad y variedad.
Sede de ExpoQueso, referente en la producción quesera, celebrada hace unos días se puso en marcha la Mesa Mixta Regional de Lácteos integrada por el municipio, instituciones académicas y de investigaciones locales, y los productores para defender e impulsar la producción láctea en la región.
El partido de Lincoln cuenta con 15 industrias y 60 tambos produciendo 500.000 litros de leche por día, generando gran cantidad de puestos de trabajo. Cada hectárea dedicada a la producción láctea genera aproximadamente 15 empleos siendo aproximadamente 1000 personas las que están directamente vinculadas a este sector.
Por otro lado, Argentina es uno de los países de mayor consumo de quesos en la región. De acuerdo con las últimas estadísticas difundidas por el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), un argentino promedio consume más de 11 kilos de queso al año per cápita.
Anualmente se producen más de 450.000 toneladas de queso al año y aproximadamente más de 100 variedades. El 50% de la producción nacional de leche es destinada justamente a su elaboración.
A través de la creación de un cluster se busca fortalecer a los distintos actores de esta industria y promover el trabajo conjunto buscando mejorar el desarrollo tecnológico, la innovación y estrategias de marketing así como también la mejora de las condiciones laborales.
Cuatro claves para apreciar un buen queso
- Reconocer y evaluar el queso desde los sentidos: observar el color, sentir el aroma, la textura (en mano y en boca), el gusto (sabor + aroma), y la persistencia en boca.
- Conocer la maduración del tiempo. Se trata de la etapa final de la elaboración, donde el producto desarrolla su sabor, aroma y textura característicos. Además del tiempo, también son importantes aspectos como la temperatura, la humedad del queso y la experiencia de quien lo elabora para saber cuándo un queso está en su punto perfecto.
- Temperatura de consumo: el queso no debe servirse frío, ya que las bajas temperaturas ocultan su verdadero sabor y aroma. En el caso de los quesos semiduros y duros, lo ideal es consumirlos entre 30 minutos y 1 hora después de sacarlos de la heladera.
- El queso no debe cortarse de cualquier manera: el corte apropiado depende de la forma y el tipo de pasta de cada queso.