Tendencias Gastronómicas

La comida no se tira, cuando la unión hace la fuerza

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) estima que en el mundo se desechan alrededor de 1.300 millones de toneladas de alimentos por año, número que representa aproximadamente el 30% de la oferta alimenticia mundial. La pérdida y desperdicio alimentario se produce a lo largo de la cadena agroalimentaria que comienza en la producción primaria y termina en el consumo en hogares.

En nuestro país se calcula que se desperdician 16 millones de toneladas de alimentos anualmente: 14,5 millones corresponden a pérdidas (producidas en las etapas de producción, almacenamiento, transporte y procesamiento) y el 1,5 millón restante a desperdicio (comercialización y consumo).

Lamentablemente las hortalizas son los alimentos que generan mayores pérdidas y desperdicios representando un 42,1% de la producción, teniendo como explicación la falta de demanda, pudrición e incluso mala apariencia comercial (que en realidad es apta para el consumo humano pero no cumplen con los requisitos estipulados).

De acuerdo a estudios realizados por el INTA, la cadena productiva de la zanahoria genera pérdidas de 15.000 toneladas en las 850 hectáreas cultivadas representando un 30% de la producción. Una parte de los descartes se utilizan como alimentación para el ganado vacuno y porcino; sin embargo hay un excedente que se termina perdiendo en el camino. Por otro lado, la papa tiene un cultivo total de 33 mil hectáreas repartidas entre un poco más de 100 productores pero durante los meses de diciembre a abril hay un excedente de 15 mil toneladas.

Estos números demuestran que en la cadena frutihortícola hay una gran falta de tecnología que ayuden a los productores a mejorar la planificación de sus cosechas; de esta manera muchos productos se terminan sembrando por demás sin tener en cuenta la demanda preexistente.

Hace unas semanas el INTA firmaba un convenio con el Banco de Alimentos de Balcarce para ayudar a los que más lo necesitan. El proyecto implica también un trabajo conjunto con la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad de Mar del Plata y especialistas del INTA estudiarán las distintas cadenas de producción y estimar los volúmenes totales de descarte, así como también los momentos ideales para el rescate de los mismos.

Actualmente los Bancos de Alimentos de Balcarce, Tandil y Mar del Plata, cuentan con un predio donde se encuentra el Centro de Rescate de Frutas y Hortalizas en el que guardan en galpones lo rescatado; además tiene una superficie de cinco hectáreas dispuestas para hacer parcelas demostrativas e investigaciones agroecológicas.  

En pleno cinturón frutihortícola donde hay alrededor de 1000 productores, rescatan más 50.000 kilos por mes que luego son llevados a comedores comunitarios de la zona.

El beneficio es recíproco: los agricultores en lugar de tirar la mercadería que les sobra y tener que hacer frente a la logística del descarte, entregan a los Bancos de Alimentos su producción excedente que luego es entregado a personas de bajos recursos.