Productos y Productores

Argentina prohíbe la cría de salmones convirtiéndose en el primer país en el mundo en hacerlo

Por una decisión unánime la legislación de la provincia de Tierra del Fuego ayer, miércoles 30 de junio, aprobó la prohibición de instalar salmoneras en su territorio. De esta manera, nuestro país se convirtió en el primer territorio en el mundo en frenar un tipo de producción que afecta profundamente al ecosistema marino.

Haciendo un poco de historia, en 2018 el gobierno argentino y el de la provincia de Tierra del Fuego habían firmado un convenio permitiendo a Noruega el desarrollo de la industria de cría de salmones en el Canal de Beagle. Rápidamente las voces en contra se hicieron sentir y así comenzó el recorrido por vía legal para frenar y de esta manera proteger y conservar los recursos naturales y del patrimonio genético del ambiente a través de un desarrollo económico sostenible.  

Cabe destacar que en Argentina el único lugar viable para este tipo de prácticas son las aguas del Canal de Beagle; aguas que concentran el 50% de los bosques de macroalgas, un elemento fundamental para garantizar la supervivencia de distintas poblaciones de peces.

La salmonicultura se presentaba como una amenaza para la economía de la provincia, ya que la mayoría de las familias dependen del turismo, una actividad que no hubiese podido convivir con el impacto ambiental que iba a generar esta industria. Yendo en contra de esta práctica también se demuestra la importancia que tiene un modelo productivo sostenible que respeta tradiciones culturales y prácticas artesanales.

En mares de Argentina y Chile, los salmones son una especie exótica, lo que significa que si están allí no es de manera natural, es decir que se requiere de gran cantidad de químicos y antibióticos para ello, lo que generan importantes consecuencias en el ambiente.

De acuerdo a lo que dice la ley: “el salmón es una especie ajena al medio austral, cuya aparición causaría un desequilibrio dramático en el entorno marino, particularmente por la aptitud de generar enfermedades virales, parasitarias, y bacterianas que no son propias de nuestra latitudes en virtud del enfoque industrial de criadero y su posterior procesamiento”.

El Canal de Beagle es un límite marítimo que une a ambas naciones. Sin embargo en el país vecino, la salmonicultura sigue avanzando, incluso en áreas protegidas. Ahora habrá que ver si esta decisión unánime genera una nueva conciencia de la importancia de frenar este tipo de producción.