El 7 de marzo se celebra el Día Internacional del Cereal, un grupo de alimentos considerado como un componente central en la dieta diaria por ser fuente de energía fácilmente disponible.
Los cereales son semillas o granos comestibles provenientes de plantas de la familia de las gramíneas y sus variedades más habituales son arroz, avena, maíz, trigo burgol, mijo, sorgo, cebada y centeno.
Aunque la quinoa, el amaranto y el trigo sarraceno son utilizados como cereales, en realidad al no pertenecer a las gramíneas son considerados como pseudocereales.
Las Guías Alimentarias para la Población Argentina recomiendan el consumo diario de cuatro porciones entre cereales y legumbres por ser una fuente principal de energía. Incluso para algunas personas puede representar el 50% de su requerimiento energético diario, dependiendo de las necesidades calóricas ligadas a su actividad física.
Esta energía es indispensable para el movimiento de los músculos y para el rendimiento mental. Los músculos y el cerebro son los principales órganos y tejidos que demandan energía constante y, sin ella, no podrían funcionar.
El grano entero del cereal está compuesto por una cubierta de salvado, allí se encuentran las vitaminas del complejo B, hierro, zinc, cobre; el endospermo que contiene almidón y una pequeña cantidad de proteínas: y el germen, donde se encuentran la mayoría de las proteínas, grasas y la vitamina E.
Los cereales integrales son aquellos que conservan las tres partes del grano, sin desechar ninguna. Sin embargo, por razones de conservación y comercialización suelen refinarse mediante un proceso que extrae el salvado y el germen y con ellos la fibra y varios de sus nutrientes. Si bien algunas vitaminas y minerales vuelven a agregarse, la fibra no puede ser añadida. Muchos productos muy consumidos en la población, como el pan, las galletitas, las pastas, entre otros, se elaboran con harinas refinadas.
Para la mayoría de los países e incluso para dietas específicas como la dieta mediterránea, vegana, vegetariana o fleixtariana o dietas basadas en plantas, los granos forman parte de la base de la alimentación de las personas y son la fuente de energía más importante.
Consejos para consumir cereales de manera saludable
- Se sugiere que formen parte de la alimentación desde el primer momento del día: un desayuno de calidad está compuesto por al menos una porción de leche, yogurt o queso, otra de frutas y algún cereal (pan integral, avena tostada o fermentada).
- Se pueden elaborar hamburguesas combinando vegetales y mijo o quinoa
- En vez de arroz y pan blanco elegir las variedades integrales. También, en caso de elaborar tartas o pizzas, se sugiere utilizar masas integrales.
- Para mejorar la calidad de las proteínas de los cereales se recomienda combinarlos con legumbres (lentejas, garbanzos, porotos, etc.) o con una pequeña cantidad de alimentos de origen animal (carnes, leche, yogur o queso, huevo, etc.).
- Para la correcta conservación de los cereales se sugiere almacenarlos en frascos bien cerrados y en lugares secos, resguardados de la luz solar. Revisar periódicamente la presencia de gorgojos.
Fuente consultada: BA Saludable