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Hoy se celebra el Día Mundial de las Legumbres

Relativamente nuevo en el calendario gastronómico, la FAO ha proclamado el 10 de febrero como el Día Mundial de las Legumbres. Este año bajo el lema #AmaLasLegumbres se buscará comunicar la importancia, no sólo nutricional, sino  ambiental que conlleva su consumo.

Las legumbres son todos aquellos cultivos cuyo propósito final es la obtención del grano seco, excluyendo de esta manera a aquellos que se cosechan verdes los cuales entran en la categoría de hortalizas.

Alimentos económicos y de fácil conservación, presentan una gran versatilidad en las cocinas de todo el mundo. Sin una estacionalidad fija, pueden derivar en platos tanto para el invierno como para el verano. Fomentar su uso sólo puede significar beneficios en la dieta de todos aquellos que los elijan.

Sin embargo en nuestro país el consumo per cápita es bastante bajo respecto al de otros países donde estos alimentos se encuentran muy arraigados. Mientras que el consumo total se estima en 800 gramos anuales per cápita, países como la India llegan a consumir 26 veces más esta cantidad.

Las legumbres de grano (lentejas, guisantes, judías, garbanzos, etc.) cuentan con un buen contenido en proteínas (20-30%), un alto contenido en hidratos de carbono (40-60%), mayoritariamente complejos y bajo contenido en grasas (1-5%). Además aportan una gran cantidad de fibras, minerales y vitaminas.

Es por su alto contenido en proteínas que las legumbres se convierten en la principal fuente de proteína vegetal y un alimento fundamental a la hora de realizar dietas privadas de proteína cárnica.

Las mismas son un cultivo sostenible y de un perfil medio ambiental excelente: necesitan poca cantidad de agua, son resistentes a las sequías y a las heladas, emiten poco dióxido de carbono en su producción y fijan nitrógeno al suelo, aumentando la fertilidad.

Los expertos recomiendan consumir entre 3 y 4 raciones a la semana de legumbres a lo largo del año.

Garbanzos estofados con cúrcuma

  • 4 dientes de ajo
  • Aceite de oliva
  • 1 cebolla
  • Jengibre
  • Sal y pimienta
  • Ají molido
  • Cúrcuma
  • 400 gramos de garbanzos cocidos en conserva
  • 400 cm3 de leche de coco
  • 400 cm3 de caldo de pollo
  • 1 manojo de hojas verdes (kale, acelga, espinaca)
  1. Calentar el aceite en una olla grande a fuego medio y añadir el ajo, la cebolla y el jengibre. Salpimentar y dejar que se cocine, revolviendo de vez en cuando hasta que la cebolla comience a dorarse.
  2. Agregar la cúrcuma, el ají molido y los garbanzos bien escurridos.
  3. Dejar que los mismos se frían un poco con las especies hasta que comiencen a deshacerse y dorarse un poco, aproximadamente 10 minutos.
  4. Reservar dos o tres cucharadas soperas de esos garbanzos para decorar.
  5. Con una cuchara de madera aplastar un poco los restantes para que suelten su almidón y puedan espesar el guiso; agregar la leche de coco y el caldo de pollo.
  6. Cocinar a fuego bajo hasta que el estofado se haya espesado y los sabores unificado. Este proceso tardará aproximadamente entre 30 a 35 minutos.
  7. Incorporar las hojas verdes dejando que se cocinen en el líquido hasta que estén tiernas.