Desde hace más de setenta años nuestro país celebra, todos los 12 de enero, el Día del Pastelero. La fecha elegida no tiene una gran historia detrás pero fue un 12 de enero cuando los pasteleros decidieron formar su propio sindicato, independiente de los cocineros y los panaderos con los que habían hecho causa común desde los primeros tiempos de actividad en Argentina.
Para muchos, la felicidad está relacionada con lo dulce y hay quienes aseguran que en el 5000 a.C. ya se elaboraban tartas y pasteles que eran endulzados con miel, savia y jugos de frutas silvestres.
La palabra “pastel” deriva de pastelería, la cual tiene sus orígenes en el griego pasté (mezcla de harinas con salsas). Si bien fue en Grecia donde se realizó el primer pastel, Obelias, fueron los árabes quienes popularizaron los dulces de azúcar cristalizado con frutos secos.
Cuando conquistaron España, plantaron árboles de cítricos y almendras de Persia; haciendo que estos alimentos comenzaran a formar parte del intercambio comercial llegando a lugares como Roma y el resto de Europa a través de las Cruzadas.
Para ese entonces, la pastelería tiene una estrecha relación con la religión marcando el tipo de postres y pasteles que debían elaborarse de acuerdo al año litúrgico.
Una de las grandes revoluciones llegó cuando el azúcar y el cacao se encontraron en la Edad Media, dando como resultado la aparición de las primeras tiendas similares a las pastelerías actuales.
En el siglo XV, los panaderos franceses también preparaban productos de pastelería, hasta que en 1440 se conformó la “Cooperativa de Pasteleros” que decidió separarse de los primeros. A partir de ese entonces se generó un profundo conflicto entre ambos gremios hasta que en el siglo XVIII la Corte decretó que “solamente los pasteleros pueden usar manteca, huevos y azúcar para hacer tortas y ser vendidas”.
Fue Catalina de Médici quien con su llegada al país galo introdujo muchas recetas a través de sus cocineros y pasteleros en el siglo XVI.
Sin embargo puede considerarse el siglo XVIII como el nacimiento de la pastelería moderna con el desarrollo del hojaldre y la bollería del tipo vienesa. Antoine de Carêm, a principios del siglo XIX publicaba El Pastelero Real, una obra considerada como la primera descripción de la repostería moderna. Además se le atribuyó la croquenbouche, el merengue, el nougat, el voul aun vent y el perfeccionamiento de la masa hojaldre.
El siglo XX trae consigo la industrialización de la pastelería así como también el perfeccionamiento en las técnicas de cocción, fermentación, refrigeración y conservación.
En los últimos años, la tendencia parecería estar en la pastelería de autor: sabores, texturas y combinaciones que dan como resultado pequeñas obras de arte.