Imaginen la escena: una pieza de atún rojo fresco cocida apenas por uno de los lados, cristales de sal marina sobre el atún y ya. Hay elementos que hacen que nuestra comida sea un poquito mejor, más sabrosa y memorable. La sal, como reforzador de los sabores, tiene la facultad de acentuar en nuestra boca algo que de por sí es rico. Y la sal marina en particular tiene el arte de remarcar esos sabores de una manera más saludable.
A sabiendas de esto y frente a la posibilidad de obtener el recurso: Martín Moroni y Eduardo Ruffa desarrollaron Sal de Aquí. Según ellos mismos relatan, desde su juventud recogieron los cristales de las rocas de las playas que frecuentaban y más tarde aprendieron a generarlos para consumo personal. En el año 2007 comenzaron un trabajo de investigación para obtener un producto bajo condiciones controladas y sin aditivos. En 2008 llegó el momento de instalar la planta piloto. Luego le siguieron las formalidades: inclusión del producto en el Código Alimentario Argentino (CAA).
En abril de 2011 finalmente se inauguró la planta en la ciudad de Trelew con una capacidad de producción de 500 kilos mensuales y la proyección de llegar a duplicarlos en poco tiempo. La instalaciones de la planta procesadora está ubicada en Soberanía Nacional 1070, Trelew, con almacenamiento para 25 mil litros de agua de Cabo Raso, acopiada con un camión cisterna.
Sal de Aquí ha desarrollado a lo largo de años de investigación un proceso único para la obtención de estos cristales, recogiendo el agua de costas desérticas y fondos marinos volcánicos que garantizan su pureza. Trasladan el agua 150 km hasta la planta elaboradora y la filtran antes de dar lugar a la evaporación. Mediante un proceso muy controlado logran la cristalización natural de los minerales que se encuentran disueltos en el Océano Atlántico Patagónico. La planta cuenta con todos los equipos e instalaciones diseñados especialmente para realizar la totalidad del proceso productivo: tanques de almacenamiento, tanques de filtrado, hornos de evaporación, secadero, laboratorio y local de empaque.
“Los cristales de sal -dice Moroni- se obtienen de la extracción de agua de Cabo Raso, donde la ausencia de contaminación y las playas de origen volcánico favorecen la gestación de un producto de alta calidad”. El emprendimiento de Moroni y Ruffa, es la primera productora de cristales de sal marina de Sudamérica, y proporciona un producto natural, orgánico y único en la región, con un valor de mercado mayor al de las sales tradicionales, que apunta al mercado de la gastronomía Premium.
La ventaja del uso de sal marina frente a las tradicionales se debe mayormente a su riqueza en oligoelementos y a la menor concentración de Cloruro de Sodio (cercano al 80%) lo que la convierte en un saludable y excelente complemento dietario. Sal de Aquí cumple las reglamentaciones del Código Alimentario Argentino, además de contar con las habilitaciones del Registro Nacional de Elaborador (R.N.E) y del Registro Nacional de Productos Alimenticios (R.N.P.A.)