El Torrontés es la única variedad autóctona de nuestro país, una cruza entre el Moscatel de Alejandría (España) y la uva criolla norteña; cepa que se adaptó al clima típico del NOA, especialmente a los Valles Calchaquíes pero que fue recién en 2003 cuando se identificó realmente su origen.
Cabe destacar que Argentina es el único país en el mundo que la elabora y es la uva blanca que ocupa la mayor superficie del país con un total de más de 7 mil hectáreas. En los últimos años fue creciendo su popularidad al ser considerado como un vino blanco rico y aromático pero a su vez económico.
Existen tres variantes de Torrontés: el mendocino y sanjuanino, ideal para el consumo en fresco, y el riojano que es el más cultivado y aquel que expresa las mejores cualidades para la elaboración de vinos finos.
Si bien sus aromas anticipan un vino dulce, en boca se revela su fresca acidez. De coloración amarillenta, a veces se destacan matices dorados y verdes.
Del 12 al 19 de octubre se realizando la Semana del Torrontés 2020, de manera virtual, con actividades en todo el país, especialmente en La Rioja, Salta y Mendoza (provincias productoras por excelencia).
En los últimos diez años la comercialización total de vinos varietales elaborados con Torrontés creció casi un 20%.
Con un gran consumo en el mercado interno, los principales destinos de exportación fueron Estados Unidos, Canadá, Suecia, Reino Unido y Alemania (varietales puros) y Dinamarca, Suecia, Canadá y Reino Unido (en vinos de corte).
Los agrónomos, enólogos y degustadores coinciden en que el Torrontés Riojano es una variedad muy plástica, que se ha adaptado muy bien a diferentes regiones (especialmente a las zonas más cálidas) y además permite obtener vinos de diferentes estilos; explicando algunas de las razones del crecimiento sostenido del Torrontés en nuestro país.