Desde 2015, la Organización Internacional del Café (OIC) determinó que el primer día del mes de octubre se celebrara el Día Internacional del Café; una fecha para resaltar el trabajo de los caficultores y visibilizar el circuito que recorre el café desde su producción hasta la taza.
No nos vamos a engañar, es verdad que en Argentina tomamos un montón de café (aproximadamente un kilo de café por año per cápita, es decir alrededor de 207 tazas), pero el mate sigue ganando en el corazón de los argentinos.
Considerada como la segunda bebida de mayor consumo en el mundo, después del agua, los cálculos muestran que, por año, se consumen 3 mil millones de tazas. El continente americano, seguido por el Sudeste Asiático y África, son los mayores productores de café reuniendo el 70% de la producción mundial.
La bebida se obtiene a partir de los granos tostados y molidos de los frutos de la planta del café, conocida como cafeto. La misma es originaria de la provincia de Kaffa (Etiopía en la actualidad) donde crece de forma silvestre.
En el siglo XI sus frutos ya eran reconocidos como fuentes de energía por la tribu Galla de Etiopía, quienes lo mezclaban con grasa animal; sin embargo el desembarco mundial de este producto se debe a Arabia.
Consumida en cualquier momento del día, alrededor de esta bebida se han creado innumerables mitos. En cantidades moderadas no daña el corazón, así como tampoco aumenta el riesgo de padecer cáncer.
Creer que el café con leche tiene menos cafeína probablemente sea uno de los mitos más conocidos; sin embargo es el tipo de grano que se utilice, así como la cantidad y el tiempo de la bebida el que determina la ingesta de cafeína. Por otra parte, cabe destacar que el efecto de la cafeína en nuestro cuerpo dura aproximadamente 4 hs.
Café solo, con leche, cortado, latte, capuccino, con crema, amargo, con azúcar o edulcorante, hay tantas formas de tomar el café que celebrarlo acompañado de una buena taza a mitad de mañana es nuestro homenaje!