La producción de pollos siguió creciendo en medio de la cuarenta, especialmente en los últimos meses permitiendo un aumento en el consumo interno, así como también en las exportaciones.
Según el Ministerio de Agricultura, en el primer cuatrimestre del 2020, la producción avícola creció un 7,5%, en las exportaciones en un 9% y en el consumo interno un 5%.
Cabe destacar que a principios de los ’90 en nuestro país se consumían unos 70 kilos de carne vacuna per cápita por año y en comparación, la ingesta de pollo era tres veces menor, con un total de 26 kilos. Sin embargo, en los últimos años esta tendencia comenzó a revertirse e incluso la industria porcina aumentó sus números considerablemente. La brecha entre el bife y el asado y el combo pechuga, pata y muslo, cada vez es menor; siendo la primera vez en la historia que el consumo de carne aviar casi equipara a la bovina.
El mayor crecimiento se dio en abril, cuando el consumo interno promedió por primera vez los 50 kilos por habitante de carne aviar, mientras que la vacuna se calcula en unos 53 kilos per cápita. Esta mínima diferencia puede explicarse en que la industria avícola está colocando su stock en el mercado, aún a riesgo de perder dinero en tiempos de incertidumbre económica.
“Por suerte el consumidor nuestro responde de manera excepcional, con un consumo que está en el orden de los 50 kilos. Este es un nivel que teníamos proyectados recién para 2025. Por eso creemos que es circunstancial, y estaremos rondando los 48 kilos en el año”, insistió Domenech (directivo del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas).