Con el correr de los días estamos interiorizando prácticas de higiene tanto personales como de la casa. La limpieza y acondicionamiento correcto de nuestros alimentos, sobre todo de aquellos que provienen de la tierra, es una de las nuevas rutinas que estamos incorporando y que sin embargo tendríamos que realizar cotidianamente.
Cómo lavar las frutas y verduras para que sean seguras?
En primera instancia, si uno puede acercarse a las verdulerías o supermercados, debemos elegir aquellos productos que no tengan ningún tipo de magulladura ni daños externos; con el color y brillo propio de cada uno de los vegetales.
Del establecimiento donde las compramos hasta nuestras casas tienen que colocarse separadas de otros alimentos como carnes de cualquier tipo y productos de limpieza. Para no comprometer la calidad de nuestros productos, cuando los coloquemos en nuestras bolsas tenemos que hacerlo del más pesado al más liviano, ya que muchas de las frutas y verduras tienden a ser sensibles.
Una vez que llegamos a nuestros hogares hay que determinar qué es lo que puede guardar en la heladera para mejorar y prolongar su conservación y qué puede dejarse a temperatura ambiente (sea porque necesita todavía madurar, no se comprometen sus cualidades organolépticas, etc).
Antes de poner manos a la obra debemos lavárnoslas a conciencia con agua y jabón. Aunque algunas de estas frutas y verduras las vayamos a pelar siempre tienen que limpiarse porque cualquier tipo de bacteria o suciedad puede pasar al cuchillo con el que estamos trabajando. Aquellas que tengan una piel o cáscara dura o hayan estado debajo de la tierra convienen limpiarse con un cepillo específico bajo chorro de agua. Luego de la operación de lavado se recomienda secarlas con papel de cocina.
Frutas y hortalizas que se vayan a consumir sin pelar, así como aquellas que se van a consumir crudas, deben ser sumergidas durante cinco minutos en una solución de agua y lavandina (4 gotitas por un litro de agua).
Evitar la contaminación cruzada, tener buenas prácticas de elaboración, respetar las temperaturas de cocción así como un almacenamiento correcto de los productos, contribuirá a que consumamos alimentos inocuos para nuestro organismo que conservan gran parte de sus nutrientes.