El blockchain (o cadena de bloques) es una base de datos compartida que funciona como un libro para el registro de operaciones de compra-venta o cualquier otra transacción. De este modo, se pasa de una lógica centralizada (donde un núcleo controla toda la información) a una extendida, en la cual la información se fracciona entre todos los actores sin que ninguno de ellos pueda monopolizarla o modificarla de acuerdo a su conveniencia.
Desde un punto de vista alimentario, esta tecnología permite asegurar la trazabilidad de los productos certificando su calidad y seguridad alimentaria. También funciona como una herramienta clave a la hora de evitar fraudes alrededor de los mismos.
En un momento donde el sector de alimentación y bebidas está consolidando cada vez más el concepto de “cadena de valor global” no llama la atención que se vayan modificando los mecanismos que aseguren que lo que el consumidor compra es realmente lo que está recibiendo. Este método le demostrará la transparencia a lo largo de la cadena productiva, desde su cultivo hasta la llegada a las góndolas.
A través de la aplicación del modelo blockchain se reduce el riesgo de manipulación de la información. El mismo fuerza a los proveedores a documentar la información correctamente y asegurar un mejor seguimiento de la trazabilidad del producto a lo largo de la cadena.
Además, esta tecnología puede llegar a rastrear de un modo más sencillo y efectivo las fuentes de alimentos en casos de enfermedades transmitidas por los mismos, así como también limitar el desperdicio.
Empresas mundiales como Walmart, Nestlé, Dole y Unilever han dado los primeros pasos para integrar esta tecnología en sus procesos. A nivel nacional, los organismos encargados de controlar los alimentos (SENASA y ANMAT) han incorporado en 2019 la tecnología blockchain para la trazabilidad de alimentos y eventual necesidad de retiro de partidas de los mismos de la venta, así como para cumplir con los requisitos de notificación previa para alimentos importados o para registro de establecimientos procesadores.
Es de esperar que la adopción de blockchain vaya creciendo a medida que los consumidores presionen a las empresas para recibir datos claros, accesibles y auténticos sobre los alimentos que consume diariamente.