Los Países Bajos han propuesto introducir el impuesto al sacrificio de animales para el consumo humano, el “impuesto al matadero”, para acelerar la transición de una dieta basada en alimentos de origen animal hacia una basada en alimentos de origen vegetal.
Hace unos meses, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), publicaba un informe en donde demostraba que el sector ganadero genera un 18% más de CO2, uno de los principales responsables del efecto invernadero, que el sector de transporte. Además, es una de las principales causas del calentamiento del planeta, la degradación de las tierras, la contaminación atmosférica y la pérdida de biodiversidad.
Por otro lado, en el año 2017 el Partij voor de Dieren (Partido por los Animales) fue el primer partido político del mundo en conseguir representación propia en el Parlamento de los Países Bajos, basando su programa en los derechos de los animales. Desde entonces ha conseguido, por ejemplo, que el Gobierno del país tenga como una de sus prioridades reducir el consumo nacional de carne.
En la actualidad, han presentado un proyecto que están convencidos que se convertirá en ley. El mismo tiene como objetivo introducir un impuesto al sacrificio de animales para el consumo humano, es decir en los mataderos, de allí que se haya denominado al gravamen “impuesto al matadero”. Con esta medida se espera que haya una aceleración en la transición de una dieta basada en proteínas animales, a una dieta basada en proteínas de origen vegetal.
Igualmente, hay que tener en cuenta que el Partido ocupa tan sólo cinco de los 150 escaños de la Cámara de Representantes y tiene tres de los 75 del Senado, a lo que hay que sumar las presiones que puedan llegar a ejercer los representantes de la industria cárnica. Los Países Bajos son el segundo mayor exportador de productos agrícolas por lo que se enfrentan definitivamente a este tipo de presiones, pero también, a su vez, tienen un gran problema ambiental como consecuencia de estos niveles de producción.
Aún quedan muchas dudas respecto a este impuesto, sin embargo Europa estaría comenzando un fuerte movimiento que busca modificar los patrones alimentarios como una de las herramientas necesarias para frenar el deterioro ambiental.