Todos los que somos más grandes sabemos que el tomate no tiene el mismo sabor que antes…en primera instancia no deberíamos tener oferta durante todo el año de estos productos; fuera de su estacionalidad los encontramos sosos e insípidos.
Qué pasó en el camino para que tengamos que comer tomates así? Esta es una de las respuestas que busca dar el proyecto “Al Rescate del Tomate Criollo”, conformado por unas veinte personas entre las que se incluyen ingenieros agrónomos, estudiantes y voluntarios huerteros; y que encuentra su respuesta cien años atrás.
A comienzos del siglo XX, las semillas que se plantaban en Argentina no habían sufrido ningún tipo de modificación genética; fue con la implementación de tecnologías que buscaban mejorar el rendimiento que se fue perdiendo el sabor. Los integrantes de este proyecto esperan, justamente, recuperar las semillas que fueron plantadas a principios del siglo pasado.
Fernando Carrari, coordinador del equipo e investigador del Conicet, se propuso recabar información sobre el “germoplasma” (información genética) del tomate. Antes de las “mejoras”, estas frutas presentaban diversas variedades. Las mismas se iban cosechando y mezclando hasta que se produjo la estandarización en su producción convirtiéndose en una de las especies más resistentes y eficaces para ser cultivadas durante todo el año.
La empresa no fue nada sencilla: fue necesario pedir materiales genéticos argentinos que estaban diseminados por el mundo. En Estados Unidos encontró sesenta variedades de semillas de tomate argentino y en Alemania otras sesenta; la Universidad Nacional de Cuyo también había conservado algunas de ellas.
Una vez obtenidas se pasó a la acción: se las comenzó a plantar. En el predio de Agronomía hay más de 165 variedades que van creciendo a su propio ritmo. A principios de año, hicieron una degustación en el marco de la Feria del Productor al Consumidor donde fueron evaluando la respuesta del público.
Cuando el proyecto determine cuáles son las mejores semillas, el plan es dárselas a los productores y huerteros para que las siembren y luego devuelvan las semillas de lo sembrado y así volver a los tomates de antes.