Es el segundo bar más antiguo de Buenos Aires después del Tortoni; fue abierto y reinaugurado en tres siglos distintos, reinventándose continuamente.
Abrió sus puertas en 1897 bajo el nombre de La Toja; a una cuadra estaba el Comité Central de la Unión Cívica Radical, razón por la cual en su salón podía verse con asiduidad a Hipólito Yrigoyen, Marcelo T. de Alvear y otros políticos importantes.
Durante los primeros años de la década del 30, con la compra del espacio por parte de un exiliado español, Daniel Calzado, tiene su segunda reinauguración, donde pasa a llamarse Iberia y convertirse en el punto de reunión de los republicanos y testigo de las batallas campales que se sucedían por ese entonces cuando a los franquistas del Bar Español, que quedaba justo enfrente, se les daba por entrar al bar de sus rivales. Allí los expatriados compartían noticias de su tierra, anhelaban la victoria de los rojos y la derrota de los franquistas. También, juntaban alimentos y ropa que enviaban a la península, redactaban consignas y decidían movimientos futuros.
Pero la historia del bar no terminó con la guerra: en 1942, por iniciativa de su propietario, el bar fue ampliado al comprarse el local de la peluquería contigua. En la actualidad, y desde hace varios años, Manuel Novo dirige el destino del Iberia, que cuenta con una atención esmerada y un servicio gastronómico de gran calidad.
El Bar Iberia fue declarado en 2005 “Sitio de Interés Cultural” por la Legislatura porteña, la que también lo ha distinguido como “La Esquina de la Hispanidad”: próximo al Teatro Avenida, el Hotel Castelar, y a los restaurantes El Globo, El Imparcial, El Hispano y Plaza Asturias.
El jueves 29 de marzo de 2007 celebró su reinauguración, luego de una acertada intervención arquitectónica. El Iberia permanece abierto los 365 días del año, las 24 horas.