Tributo a Miguel Brascó, el Saint Felicien de corte que lanzó en estos días la Bodega Catena Zapata rescata el valor de una vieja historia. La de la relación entre la familia bodeguera y el legendario periodista. Una idea que gestó el propio Dr. Nicolás Catena Zapata con Brascó y que dio su fruto en un vino homenaje a un vínculo que nació hace 50 años con los Saint Felicien.
Vino fino tinto, blanco y de mesa eran la grandes disyuntivas que debía enfrentar un cliente frente al escaparate de vinos hace media década. La idea de un “manual de estilo” cruzó la mente de Nicolás Catena Zapata casi al mismo tiempo que lanzaba su línea Saint Felicien, que aparecería en el mercado como el primer varietal puro de la Argentina. Se trataba del Saint Felicien Cabernet Sauvignon, cosecha 1963. Colocar en la etiqueta el nombre de la variedad, algo impensado para la época, requería de un público que entendiera de qué estaban hablando.
En esos tiempos el lenguaje del vino era europeo y principalmente francés; también lo eran el gusto y los modos en la elaboración. Se buscaba replicar en el Nuevo Mundo el ADN del Viejo. Para poner en palabras esta forma de hacer vino fue que convocaron a Miguel Brascó. El Manual del Vino que escribió fue el inicio de un lenguaje criollo y propio que permitió explicar el vino del nuevo mundo y sus profundos matices.
Tributo a Miguel Brascó es un vino de Corte que diseñaron estos dos amigos para celebrar los cincuenta años de ese momento inaugural. Compuesto en un 55 por ciento de uvas Cabernet Sauvignon, en un 35 Cabernet Franc y con un 10 por ciento de Merlot, obtenidas de tres diferentes viñedos mendocinos de la Bodega: Adrianna, en Tupungato; La Pirámide en Agrelo y Nicasia en San Carlos. Tal vez en palabras de Brascó, que no llego a probar el resultado de su vino, estamos frente a un tinto de color violáceo, voluptuoso y de estirpe. “Un vino ideal para guardar en nuestra pequeña cave privada y que, con los años, agrega una quieta y sabia vejez a su intrínseca nobleza”, describe en el Manual que escribió en el 63. Una guía que funciona hoy como en su día de estreno y que recuerda la prosa única del escritor, dibujante y periodista.
“Como los buenos vinos (este material) ha sabido soportar el paso del tiempo para convertirse en un texto de culto que vale la pena saborear palabra por palabra”, dice en el prólogo del Manual. En efecto Brascó despliega en el texto su pícara prosa, abunda en ilustraciones y habla de bouquet, del cuerpo, la estirpe, la astringencia, la acidez y las asperezas, vocabulario ya frecuente en el mundo del vino. Fiel a su estilo, se divierte con las frivolidades y esnobismos habituales, desliza consejos sobre la guarda de vinos, las temperaturas recomendadas para beberlos y brinda un curso aceleradísimo para pasar por un “catador avezado”.
Su amigo Nicolás Catena Zapata contó que el proyecto de este vino nació hace tiempo, en vida de Brascó “los designios del destino no quisieron que juntos hiciéramos la degustación final, sin embargo el tiempo pasó y, pese a todo, aquello que ideamos con tanta pasión y entusiasmo finalmente conoce la luz”.
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Precio en vinoteca $285