Corrían los años 30 y la ciudad de Buenos Aires mostraba ese aire cosmopolita que terminó perfilando con el tiempo. La Costanera Sur era punto de encuentro de artistas, intelectuales y público general y los populares “carritos” adornaban ya las veredas frente al Río de la Plata,donde ofrecían varios de los clásicos platos porteños. Allí mismo en 1927 se inauguró la Sucursal Balneario de la Cervecería Munich. Tal vez sin haberlo planeado se fue constituyendo uno de los primeros polos gastronómicos de nuestra Ciudad.
Seguramente por esta razón el viejo edificio de “la Munich”, sede de la Dirección General de Museos, es además casa de la Biblioteca del Patrimonio Gastronómico. Un espacio que busca preservar, investigar, difundir y exhibir la historia de los hábitos culinarios y las costumbres gastronómicas de los porteños y generar un Centro de Documentación de la bibliografía culinaria y de la gastronomía.
El emblemático edificio es el más perfecto packaging para este fin. Cuando el empresario catalán Ricardo Banús contrató al arquitecto austro-húngaro Andrés Kalnay para que diseñara la cervecería, tal vez no imaginó el actual destino. Sin embargo, el arquitecto que eligió le permitió cuidar hasta el más mínimo detalle, trabajo que hoy festeja la sede de la Biblioteca. Desde los vitrales con escenas cerveceras, hasta las baldosas de los pisos con dibujos alegóricos, pasando por las glorietas en las terrazas exteriores con gárgolas que recrean las etapas de una borrachera.
Una construcción ecléctica en la que los especialistas encuentran elementos del pintoresquismo del centro de Europa y rasgos del Art decó y que fue realizada en apenas cuatro meses y 8 días. Distintos artesanos, artistas e ingenieros tomaron parte del proyecto y algunas de sus piezas fueron prefabricadas y luego montadas al edificio. En el subsuelo instalaron un enorme el depósito frigorífico –algo único para la época- donde se podían refrigerar mil barriles de cerveza (50 mil litros) que abastecían directamente con llaves de expendio al salón y a las terrazas.
“Este edificio, donde también funciona la Dirección General de Museos, es un lugar paradigmático de la identidad de Buenos Aires. En él se ven imágenes de costumbres gastronómicas. Nos pareció oportuno, como Estado, terminar de confirmar que la gastronomía es una parte importante de nuestra cultura”, explica Pedro Aparicio titular de la Dirección y conductor del proyecto desde sus inicios.
Al recorrerla se descubren trozos de la historia de Buenos Aires, fue lugar de encuentro de grandes personajes de la cultura, el espectáculo y la política. En sus muros se pueden leer algunos de estos nombres: Alvear y su esposa, Leopoldo Lugones, Antoine Saint Exupery, Adolfo Bioy Casares, Jorge Luis Borges y Pablo Neruda entre tantos.
Hoy la Biblioteca es pequeña pero se va consolidando y rescatando viejos ejemplares de la culinaria local: desde libros de recetas, hasta ensayos, estudios sociológicos y antropológico o novelas relacionadas al universo gastronómico. Se la puede consultar online y hacer un recorrido por los título de los libros y las revistas que la conforman y algunos de los ejemplares están por completo digitalizados.
Un espacio donde la gastronomía rescata su valor como patrimonio cultural intangible pero innegable.
Más datos.
Biblioteca del Patrimonio Gastronómico
Dirección: Av de los Inmigrantes 8
Horario: L a V de 11 a 18 hs
Web: museos.buenosaires.gob.ar/mg/biblioteca_sala_01.html