¿El reciclado de residuos bien entendido empieza por casa? Todos apuntan a las políticas públicas. Pero ¿que grado de responsabilidad tenemos los individuos? Es como la historia del huevo y la gallina, el recorrido en busca de responsables parece ser infinito. Mientras tanto cada vecino del área metropolitana genera un kilo y medio de desechos diarios. En los que, por falta de políticas públicas, lo biodegradable se cruza con lo que no se degrada y con lo que podría reutilizarse, haciendo de los rellenos sanitarios algo imposible de enfrentar.
De lo que los individuos desechan a diario, entre un 60 y un 70 por ciento son elementos no biodegradables. En la mayoría de los casos se trata del envoltorio de los productos que consumimos. Dentro del ámbito doméstico la cocina es el lugar donde más residuos se genera y sólo una parte de estos es reciclable.
La problemática de la basura arranca con el productor cuando determina qué tipo de packaging elige para su desarrollo y termina en los rellenos sanitarios y el tratamiento de los mismo como política de estado, pasando por los comerciantes y los consumidores. Todos los engranajes de la cadena son fundamentales a la hora de pensar en una solución. Los estados hacen a los individuos tanto como los individuos hacen a sus estados.
Sergio Federovisky, Biólogo especializado en Medio Ambiente y responsable de la Agencia Ambiental de La Plata, asegura que “la conciencia colectiva no es la suma de las conciencias individuales. Es la normativa la que genera la conciencia individual”. Sin embargo, recomienda algunos tips que como consumidor responsable uno debiera conocer y tratar de respetar:
-Comprar productos en envases de vidrio antes que en plástico, ya que no todo el plástico es reciclable, y sí lo es el vidrio. El plástico genera en el consumidor la sensación de usar y tirar y el vidrio en cambio no y muchas veces el envase de vidrio se reutiliza en los hogares.
-Utilizar lata antes que cartón, ya que no todo el cartón es reciclable. Es el caso de los envases de tetra brik con papel metalizado por dentro que hace imposible su reutilización. La lata, en cambio, se recicla siempre.
-No desechar el aceite de cocina por las cañerías ya que es altamente contaminante. Una vez frío volcar en un envase de pet y buscar empresas que lo procesen. Hay empresas que elaboran biodiesel y jabón de glicerina con el aceite usado.
Claro que a la hora que querer ir mas allá, lo único de acceso masivo que aparece como alternativa para reciclar algunos de estos materiales son las esporádicas campañas de empresas que quieren en cinco minutos dar muestras de su política de Responsabilidad Social Empresaria (RSE). Por eso aquí es donde sí o sí deben entrar en juego las políticas públicas.
Magros intentos se suceden sin demasiados resultados. En 2010 se aprobó una ley en la Ciudad de Buenos Aires para el reemplazo de las bolsas en los supermercados, por otras de material biodegrabable. Esta ley, la 3175, fue postergada tres veces. Los comercios (kioskos, almacenes, regalerías, tiendas de ropa y otros) deberían desde el 22 de junio de 2012 estar cumpliendo con la norma, los supermercados por su parte tiene plazos graduales de 30/60/90/180/360 días. Tímidamente en algunas cajas de supermercados es posible encontrar estas bolsas, y el resto de los comercios difícilmente se da por enterado de la normativa.
El pasado 8 de agosto, el Ministro de Ambiente y Espacio Público, Diego Santilli, firmó una resolución por la que adjudicó a cooperativas de cartoneros y recuperadores rutas asignadas de recolección de reciclables. Doce fueron las cooperativas de cartoneros designadas, en las que trabajan 3600 recuperadores que según el acuerdo recibirán indumentaria, credenciales, un incentivo de mil pesos por mes y camiones para la recolección.
Las cooperativas, muchas de las cuales llevan más de 20 años realizando este trabajo en la Ciudad de Buenos Aires, esperan el cumplimiento del convenio aunque no acuerdan del todo con el modo en que el Gobierno de la Ciudad encara el proyecto de Ciudad Verde. Desde su página www.jugalimpio.gob.ar la Ciudad propone la separación en origen como “el gran aporte que cada uno de nosotros puede hacer para tener un planeta más sano y verde”. Y divide a los residuos Reciclables (periódico papeles, sobres, remitos, folletos, carpetas, cuadernos, cajas, tetra brik, botellas, vasos y platos entre otros) de la Basura (papel carbónico y de fax, celofán, papel tissue, papel de fotografía, papel sucio, servilletas, envases de comida, lamparitas y espejos, entre otros). Para que este proyecto funcione es necesario un vecino entrenado en reconocer los diferentes materiales y dispuesto a colaborar.
Aquí es donde, aseguran los involucrados, el esfuerzo hace agua. Las cooperativas proponen un modelo “mucho más sencillo”: separar secos de húmedos. Cristina Lescano, socia fundadora y coordinadora de la Cooperativa El Ceibo Trabajo Barrial asegura que esta es la mejor forma: “Realizamos capacitación puerta a puerta para que los vecinos aprendan a separar lo seco de lo húmedo y damos día y hora de recolección. A los bares y restaurantes les proveemos de contenedores y a los edificios les repartimos un indicativo para los vecinos. Ellos hacen la primer separación y nosotros en el galpón de reciclado realizamos la segunda”.
Los secos incluyen: papel, cartón, lata, tetra brik, pet, plástico. Lo húmedo es todo lo biodegradable: restos de comida y cáscaras de alimentos. Esta cooperativa recoge, separa y procesa entre 8 y 10 toneladas de residuos, de las 5 mil toneladas que genera a diario la Ciudad de Buenos Aires. “Es poco lo que hacemos, nos faltan camiones y gasoil para recolectar más. Hace unas semanas nos adjudicaron la recolección de secos, esperemos que cumplan el acuerdo”, remarca Cristina Lescano quien conduce desde hace 23 años esta Cooperativa en la que trabajan 67 personas y que cubre la Ciudad de Buenos Aires, Olivos, Vicente López y Ciudadela.
La sospecha no parece infundada si se tiene los intereses que involucra el negocio de la basura. Los residuos secos son cerca del 60 por ciento de la basura total. De implementarse este sistema de separación de secos y húmedos ese porcentaje dejaría de ser recolectado por los sistemas convencionales (CLIBA, AESA, INTEGRA, entre otras) para pasar a ser procesado por estas cooperativas de cartoneros.
El modelo aplicado en la ciudad de La Plata es similar al que proponen las cooperativas. La Agencia Ambiental de La Plata puso en práctica hace tres años un programa de recolección diferenciado que se llama La Bolsa Verde. Allí los vecinos separan los secos y, en días y horarios predeterminados, son recolectados y procesador por seis cooperativas de cartoneros. “En tres años hubo una reducción de entre un 10 y un 15 por ciento de basura de relleno sanitario”, describe el biólogo Sergio Federovisky, responsable del proyecto.
La misma Agencia provee programas más pequeños para el desechado de pilas, de lámparas de bajo consumo, de medicamentos vencidos y de aceite comestible usado. “La gente responde muy bien a la propuesta y si algún día el camión de la bolsa verde no pasa, llaman para reclamar”, relata Federovisky.
La necesidad de una política de reciclado a nivel nacional es evidente. La basura que se acumula en los predios del CEAMSE da cuenta de ello. Fruto de la necesidad de unos, que comenzaron hace tiempo a revolver la basura, y del interés de otros que buscan ser consumidores responsables, van surgiendo alternativas de solución extra gubernamentales. Es tiempo de privilegiar el interés general por sobre los intereses particulares.
Asesoraron
-Sergio Federovisky, de la Agencia Ambiental de la Plata
-Cristina Lescano de la Cooperativa El Ceibo. 4775-7821/5152/ elceiborsu@arnet.com.ar /ceibotb@arnet.com.ar / http://elceiborsu.blogspot.com.ar/