Nunca son tan buenos los docentes ni tan aplicados los alumnos como cuando cae la directora a presenciar la clase. Lejos de limitarse a nuestros recuerdos infantiles, vemos cómo la historia se repite en cada una de las instituciones y profesiones de las que formamos parte. Por mucho que nos disguste, el control garantiza el cumplimiento de la norma.
Fuera de este sistema de control resultaría imposible enterarse que uno consume barritas de cereal bajas calorías que en realidad no lo son, aguas embotelladas con arsénico superior a lo permitido por el Código Alimentario Argentino (CAA), hamburguesas que no responden a la normativa del SENASA y puré de tomate diluido más allá de lo que estipula el CAA. Infinidad de productos en los que uno deposita su confianza a diario. Los sistemas de control garantizan, por lo menos, el conocimiento sobre lo que uno consume. Y enhorabuena aunque crispe.
La mirada con lupa actúa así, tiende a poner un foco grande sobre el objeto observado. Eso hace el Programa de Desempeño de Productos del INTI (PDP), que apunta a tres objetivos: el consumidor, la industria y los entes reguladores. El Ingeniero Pedro Brunetto es su Director y explica que este programa que nació en 2007 busca “informar al consumidor, colaborar con los organismos de control del Estado y asistir a la industria nacional”.
El primer producto a analizar fue el Puré de tomates (ver recuadro) y el resultado se dio a conocer en enero del 2008, desde ese entonces a la fecha se estudiaron cerca de veinte productos. “Elegimos un producto de consumo masivo y antes de hacer ensayos y pruebas, organizamos reuniones con los entes reguladores (la Secretaría de Industria, ANMAT, SENASA; ENRE…) las cámaras de fabricantes y los organismos de defensa del consumidor. Nos juntamos con todos en forma independiente, les comunicamos el objeto de estudio y le damos la oportunidad de que incluyan otros ítems al los que vamos a analizar”, describe Brunetto.
Claro que el PDP no tiene poder de policía para actuar frente al resultado de los productos estudiados. “Desde ya tenemos el compromiso de informar rápidamente antes de publicar el ensayo, si encontramos algo que afecte la inocuidad del producto”, amplía el Director del Programa.
La selección de los productos apunta a aquellos de uso habitual. Una vez escogidos se indaga acerca de la normativa y reglamentación que les corresponde. En esto es importante saber que las normas técnicas son voluntarias y las normativas son obligatorias. En el área de los productos alimenticios quien regula es el CAA, que es quien determina los componentes y estados de cada alimento. Hay límites, valores dentro de la composición que no se pueden sobrepasar. Un producto que no respeta la normativa no podría estar en el mercado.
El efecto dominó no se hizo esperar y surgieron varios focos de conflicto. La Aguas, por ejemplo, estuvieron en el ojo del huracán en dos ocasiones: un primer estudio se realizó en julio del 2009 y el segundo, para observar la evolución respecto del primer informe, en abril de 2011. En el primer estudio de las 15 marcas analizadas 9 presentaron problemas en algún item. El más llamativo fue en referencia al contenido de arsénico en cuatro marcas todas ellas de la Provincia de Buenos Aires, en las que la presencia de arsénico resultaba superior a lo establecido por el CAA.
Facundo Etchebehere Director de Asuntos Corporativos de DANONE, firma que comercializa Villa del Sur, dice que el informe del INTI no representa un reflejo claro de una realidad dado que el agua de la Provincia de Buenos Aires tiene presencia de este componente. “Nosotros instalamos una planta de filtrado que mantiene las cifras en los niveles requeridos por el Código Alimentario (CAA)”, asegura Etchebehere.
Los resultados del nuevo estudio, el correspondiente a abril 2011, muestran “una adecuación mayoritaria a la normativa vigente. No obstante una de la marcas analizadas supera ampliamente el nivel exigido por la CAA”, expresa textualmente el informe y se refiere a una agua proveniente de la provincia de Entre Ríos.
En el caso del arsénico el ente de regulación, el Código Alimentario Argentino, da a las empresas un plazo de cinco años para corregir y alcanzar los valores correspondientes, con la limitante de que no pueden, en tanto no lo resuelvan, comercializar el agua fuera de los límites de la provincia.
Por otra parte algunas marcas declaran bajo contenido de sodio a pesar de que la CAA no lo define para aguas de mesa, esto predispone a confusiones ya que los parámetros los mide la propia empresa elaboradora y se auto adjudica el mote de “bajo sodio”, mensaje confuso para los eventuales compradores.
Se analizan todas las marcas disponibles al momento del muestreo. Se compra el producto en diferentes puntos de venta del país y se lo envía a los Centros INTI involucrados. El Centro emite un informe y los resultados del mismo se envían a los fabricantes cuyos productos fueron evaluados, estableciendo un período para que aclaren las observaciones. Las mismas se suman al informe de divulgación masiva.
El cierre del trabajo se da con la publicación de los resultados, en las que por un plazo de 90 días es publicado con las marcas de los productos evaluados y cumplido este plazo las marcas son reemplazadas por letras.
Existen Programas similares en distintos países, en algunos casos como en Brasil con el INMETRO (Instituto Nacional de Metrología, Qualidade e Tecnología) estos organismos tienen poder de policía (es decir que se ocupan de las sanciones) y hacen públicos los nombres de las empresas elaboradoras involucradas.
En nuestro caso la publicación de las marcas evaluadas sólo se mantiene visible por el plazo de 90 días, luego los nombres son reemplazados por letras. Según las autoridades del programa esta decisión se tomó cuando se realizó el protocolo del PDP y no fue la consecuencia de ninguna investigación. “Los empresarios en general no saben sobre lo que estamos trabajando hasta que hacemos público el informe, las que están informadas son las Cámaras. La crispación siempre está, pero nosotros nunca atendemos a ninguna empresa en forma particular, nos contactamos vía mail.”, explica el Ingeniero Pedro Brunetto.
El límite lo da la inocuidad del producto. Un caso testigo fue cuando estudiaron “Hamburguesas y medallones de carne” y el PDP informó al SENASA sobre los resultados y el hallazgo motivó el retiro del producto de riesgo, de las góndolas.
La lista de los productos analizados además de los ya mencionados incluye el queso cremoso, las barritas de cereal, las salchichas, las conservas de atún, la leche larga vida y la miel, además de otros productos no comestibles. Todos estos informes, aunque sin marcas, están publicados en la página del INTI y la información es accesible para todos.
El tomate hecho puré
Desde ya que estos informes resultan sumamente inquietantes para las empresas productoras, ya que se los escudriña minuciosamente. Algo que hasta la creación de este Programa en 2008, jamás había ocurrido. El primer producto analizado fue el primer gran conflicto que tuvo que enfrentar el INTI. Fue el caso del Puré de tomate, parte de la selección estuvo fundamentada en que según ADELCO se encontraba entre los productos con mayor índice de reclamos. Para el caso se tomaron 19 marcas comerciales en envase Tetra Brik
Resultados
Presencia de mohos: microorganismos perjudiciales para la salud no deben superar el 60%. De las 19 12 no cumplen con lo establecido en el CAA.
Presencia de conservantes como el Benzoato y el Sorbato. De las 19, 7 no cumplen con esta especificación, ya que estos no estan autorizados por el CAA
Presencia de tejidos vegetales, en 11 de estos productos se encontraron muestras de tejidos vegetales y en muchos casos estos no eran característicos del tomate.
En todos los casos el análisis organoléptico (color/olor/sabor) dio normal.
Según el CAA debieran estar libres de colorantes, sin embargo 3 de ellas no cumplen con esta disposición (contienen amaranto como colorante).
Tres de las marcas presentan un producto más diluido de lo permitido.
Este estudio fue el que inauguró el Programa y que generó mucha controversia. Al punto que el INTI debió establecer una norma en la que luego de 3 meses de publicado el informe, las marcas analizadas serían quitadas de los mismos y reemplazadas por letras. Está claro que a nadie le gusta que le hagan una autopsia sobre su desempeño, sin embargo estos análisis son sobre productos que consumimos a diario, los elementos de control son la mejor garantía de que las cosas se hagan de acuerdo a lo establecido. La confianza se construye a diario.
Información
Programa de Prueba de Desempeño de Productos